De camino al sur de Marruecos por carretera, nuestros voluntarios de la Fundación ALAIN AFFLELOU van a tener que pasar muchas horas en su furgoneta Hyundai H1 en la caravana solidaria “El Desierto de los Niños”. Pero también van a tener la suerte de conocer un poco la cultura, las costumbres y la hospitalidad del pueblo marroquí. Eso es exactamente lo que vivieron ayer en su segunda etapa, la que les llevó de Tánger a Fes, la capital religiosa del país.
Durante los primeros 300 kilómetros, recorridos en su mayoría por autopista, Juanjo (Gómez), Verónica (Alfonsín), Joan (Higuera), Raquel (Ortega), Luisa (García) y María (López) pararon a comprar comida y bebida en un pequeño zoco cercano a la carretera, donde también intercambiaron impresiones con sus tenderos, siempre con ganas de entablar conversación con quienes llegan de fuera del país.
Las ruinas de la ciudad romana de Volúbilis fue el lugar elegido para comer; una mezcla de recarga de energía y visita cultural que todos agradecieron y disfrutaron. Así lo transmiten sus caras en las fotos de este post, en las que demuestran que también saben posar con mucho desparpajo. Está claro que se lo están pasando bien.
De Volúbilis fueron directos a Fes, donde llegaron ya bien entrada la tarde y donde comprobaron que para conducir en una ciudad de Marruecos hay que tener mucha destreza y mantener los ojos siempre muy abiertos. Una pequeña visita al centro ciudad y directos a dormir: quieren estar descansados para cuando mañana “empiece lo bueno”: 700 graduaciones que van a realizar a los niños y mayores que menos recursos tienen en el sur de Marruecos.
Esta mañana, tras recoger al séptimo óptico que integra esta expedición de voluntarios de la Fundación ALAIN AFFLELOU, el marroquí Abdelaziz (Idhammou), saldrán de Fes en dirección a Kasbah Jurassique. Allí dormirán y, al día siguiente, “empezará lo bueno”.