Mirar la vida con los ojos de un niño es genial, todo es emocionante y nuevo. Lo cierto es que todos seríamos mucho más felices si lo hiciéramos más a menudo. Pero no podemos olvidar que esos ojos que todo lo absorben se están formando y son extremadamente delicados. Debemos protegerlos.
Ahora que empieza el verano, los peques se pasan el día en la piscina. Ahí juegan, hacen deporte y a la vez combaten el calor. Las piscinas son una herramienta imprescindible para mantener a los niños distraídos. Es un desahogo para los más peques y ¡para los padres!
Es muy importante que nos esforcemos por cuidar los ojos de nuestros niños desde una edad temprana. El uso de las gafas de natación evita que los productos químicos, las bacterias y otros desechos entren en el ojo y causen irritación o infección.
Ahora con la llegada del calor, las gafas de natación son una necesidad absoluta ya que tienen beneficios importantes.
Protección contra el cloro, residuos y rayos UVA.
Todas las piscinas públicas intentan mantenerse limpias con niveles específicos de cloro para eliminar cualquier bacteria dañina.
El cloro sólo es un desinfectante eficaz cuando el pH se mantiene dentro del rango ideal. Por desgracia, el rango ideal de pH es muy pequeño y difícil de controlar en las piscinas. Si el pH es demasiado alto, el cloro no será un desinfectante eficaz y si el pH es demasiado bajo, las tuberías se estropean. Con niveles de pH difíciles de mantener en piscinas públicas grandes, los niños son más propensos a sufrir enrojecimiento e irritación en sus ojos directamente expuestos a los químicos.
Las gafas son la solución perfecta para evitar estas molestias (enrojecimiento, picor y dolor en los ojos) durante cada sesión de piscina. Las gafas de natación no sólo evitan que los productos químicos dañinos entren en los ojos, sino que también los protegen de cualquier otro agente (como insectos y hojas) que se pueda infiltrar en los ojos.
Ahora, además, existen gafas con protección contra los rayos UVA que también inciden dentro del agua, aunque no lo parezca. Si sois asiduos al blog de la Fundación sabréis de sobra todos los perjuicios que el sol puede ocasionar en los ojos, así que es muy buena idea hacerse con unas gafas de natación con protección. Más vale prevenir…
Razones médicas
Existen otras razones por las que tu hijo puede necesitar las gafas de natación no solo para protegerse, sino debido a una condición médica. Por ejemplo, existen gafas graduadas que, en altas graduaciones, son una herramienta imprescindible para que el niño nade con seguridad y comodidad.
Es importante asegurarse de que use las gafas correctamente para garantizar su eficacia.
Cómo encontrar el par de gafas de natación adecuado
Encontrar ese par de gafas perfectas con el ajuste adecuado puede llevar algo de tiempo y unas cuantas pruebas, lo mejor es que busques consejo en una tienda especializada.
Bebé (2 a 6 años)
A la hora de elegir gafas, comodidad y una buena estanqueidad son las principales prioridades para los niños muy pequeños, ya que se sentirán muy incómodos en el agua si en sus gafas entra agua.
Junior (6 a 14 años)
La gama junior de gafas para niños suele incluir modelos de colores brillantes y divertidos y en ocasiones están diseñadas con un pequeño ajuste que puede incluso adaptarse a algunos adultos con rostros más pequeños.
Las que son tipo máscara proporcionan un buen sellado para evitar que el agua se filtre y garantizan un gran campo de visión que permite a los niños ver todo con claridad.
¡No olvides lo importante que es la vista! Mantén los ojos de tus hijos sanos y protegidos usando las gafas de natación o bucear perfectas mientras aprenden a nadar.