El ruido del tráfico, la música, los sonidos de los televisores y los dispositivos móviles, el alboroto del colegio… Hoy en día los niños y adolescentes se encuentran expuestos a una gran contaminación acústica. Sin embargo, su oído es más vulnerable y está menos protegido que el de una persona adulta. Es por ello que proteger sus oídos de manera efectiva resulta clave para prevenir la aparición de lesiones y daños irreversibles que puedan afectar a su capacidad auditiva. Sigue estos consejos para proteger la buena salud auditiva de tus hijos.
Adopta una actitud preventiva
Los oídos de los niños y los adolescentes son más sensibles que los de una persona adulta. Tomar consciencia de este hecho hará que, casi sin darte cuenta, protejas la salud auditiva de los más pequeños de la casa. Acciones como controlar el volumen acústico de los dispositivos de nuestro hogar, abandonar lugares con excesiva presión acústica o prestar especial atención a la posible aparición de molestias, serán claves a la hora de evitar la aparición de cualquier patología que afecte a su capacidad auditiva.
Protección ante la presión acústica
Los expertos consideran dañina la exposición durante ocho horas, a una intensidad acústica superior a los 85 decibelios. Sin embargo, ruidos puntuales como, por ejemplo, un petardo, pueden llegar a superar los 150 decibelios, siendo altamente perjudiciales para nuestros oídos. A la hora de proteger la salud auditiva de los más pequeños, es importante prevenir situaciones con gran presión acústica como, por ejemplo, un concierto o una fiesta. En estos casos es importante contar con un sistema de protección como unos tapones o unos cascos aislantes, para proteger de manera eficaz el pabellón auditivo.
Cuidado con el volumen
Cada vez más niños utilizan a edades más tempranas dispositivos electrónicos como tablets, ordenadores o móviles. A pesar de que estos dispositivos tienen el volumen limitado, es recomendable que, cuando tus hijos los utilicen, rebajes más el volumen y controles cualquier variación de su intensidad. Además, recuerda aconsejarles que se sitúen lejos de los altavoces de las televisiones.
Prevén educando
Explicar a tu hijo que su sistema auditivo puede sufrir daños si es expuesto a sonidos excesivamente altos, puede ser clave a la hora de prevenir la aparición de cualquier problema. Pídele que te comunique cualquier síntoma que encuentre extraño, como puede ser la aparición de silbidos o zumbidos. Este tipo de síntomas pueden estar relacionados con una fatiga auditiva ocasionada por una sobreexposición al ruido.