¿Qué es la hipermetropía?
La hipermetropía es un defecto visual que implica un reflejo de acomodación para ver correctamente, debido a que el ojo de un hipermétrope es demasiado corto con respecto a su potencia. Para intentar ver bien de cerca, la hipermetropía multiplica ese esfuerzo lo que produce una visión borrosa a partir de 30 cm.
Cuando estas personas tienen de 20 a 40 años, la visión de lejos es más o menos difícil, ya que la hipermetropía ya no se “auto-compensa” tan fácilmente como cuando eran niños.
Tanto su vista de lejos como su vista de cerca disminuyen.
Cuando la vista de lejos es satisfactoria, en estas edades se habla frecuentemente de presbicia precoz ya que los primeros síntomas observados se asocian muchas veces a una presbicia. Al ser cada vez más permanente el esfuerzo de acomodación, puede dar lugar a dolores de cabeza y a fatiga visual.
Si se tiene esta sintomatología, es recomendable acudir a un oftalmólogo para saber si se necesitan lentes correctoras.
¿Cómo se ve un ojo con hipermetropía?
Las personas con hipermetropía presentan síntomas muy comunes. Los objetos cercanos se ven muy borrosos. Además, es muy frecuente entrecerrar los ojos para intentar ver con claridad. Esto permite enfocar mejor los objetos, incluso los que están cerca. Como el cristalino y la córnea no tienen una curvatura uniforme, la luz no se refracta como es debido; por lo tanto, el ojo tiene un error de refracción.
Síntomas de hipermetropía
La hipermetropía y sus síntomas son muy característicos. Una persona que padece este problema de refracción verá los objetos cercanos borrosos; además, será necesario entrecerrar los ojos para poder enfocar.
La vista estará cansada, y esto incluye no solo sensación de pesadez, sino enrojecimiento, ardor y dolor; el malestar puede ocasionar dolores de cabeza y cuello en algunos casos. Los dolores suelen venir después de realizar actividades que implican cansancio visual, como leer, escribir, ver la televisión o trabajar frente al ordenador, entre otros. Para notar los síntomas de cansancio, la persona deberá estar expuesta a estas labores durante largos periodos de tiempo.
Tipos de hipermetropía
La hipermetropía puede ser fisiológica, es decir, aparece desde el nacimiento. Este tipo ocurre porque la longitud axial del ojo tiene un tamaño más reducido que los elementos refractarios para poder enfocar la luz.
Esta afección también puede ser simple, cuando ocurre por errores refractivos o axiales; por otra parte, la hipermetropía puede ser patológica, derivada de traumatismos, enfermedades o deformaciones en el globo ocular. Además, la hipermetropía también puede ser funcional y se deriva de una parálisis.
La hipermetropía se clasifica en función del grado del error refractivo. En este caso, la hipermetropía puede ser baja (+2 dioptrías o menos); moderada (+2,25 a +5 dioptrías); o hipermetropía alta, cuando se superan las +5,00 dioptrías.
Por último, la hipermetropía puede dividirse en función de su estructura y se clasifica en facultativa o absoluta. La primera se resuelve por acomodación, mientras que la segunda no puede ser resuelta.
Tratamiento para corregir hipermetropía
Se recomienda no esperar para consultar a un especialista. Ante un paciente hipermétrope de 20 a 40 años, el optometrista prescribirá:
- Gafas con lentes correctoras convexas o convergentes. Estas son capaces de compensar la potencia dióptrica del ojo del hipermétrope. Cuando se mira un objeto con este tipo de lentes, parece más grande de lo que es en realidad. Así se explica en la receta expedida por el optometrista la presencia del signo + y del número de dioptrías antes del tipo de lente correctora.
- Lentillas. El optometrista dedicará el tiempo necesario para informar a su paciente sobre los distintos tipos de lentillas. Las hay diarias, semanales y mensuales. Se debe hacer una prueba de adaptación, que es lo que permite que el profesional de la visión pueda determinar si el hipermétrope es capaz de soportar su uso.